Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2018

Ahondar en el corte

El placer y el dolor tienen (al menos) una cosa en común, necesitan un corte para que se les asigne dicha cualidad. Tanto un placer sin interrupción como un dolor sin interrupción serían considerados un estado completamente normal. En este sentido anhelamos el corte para definir el sesgo de un estado determinado y es el corte a la vez el momento en que se nos revela la producción consciente - a priori, neutral- de todos los fenómenos (no dualismo) como el impulso que determina nuestro ser afectados - positiva o negativamente - por esa misma producción (dualismo).

Nueva ola

Apabullado por tantas posibilidades, sientes que te quedas atrás, que la actualidad te pasa por encima como una ola en retroceso que vuelve a las aguas y te deja en la arena, un tanto desamparado, mirando hacia el sol, expuesto, seco. Entonces diriges la mirada de vuelta al mar y caminas hacia él; te zambulles.

La excusa del lugar.

La tendencia a creer que en cualquier otro lugar nuestra situación va a ser mejor que la que tenemos donde nos encontramos. Si vivimos en una ciudad pequeña sentimos que el lugar nos oprime, no encontramos maneras de poder trabajar y florecer en él, es poco sofisticado, la gente no nos entiende, no hay medios o recursos suficientes, y muchas excusas más. Si vivimos en una ciudad grande sentimos que hay demasiada competencia, que somos invisibles, hay tantas posibilidades que resulta dificil decidirse, hay infinidad de recursos pero son demasiado caros, todo está superpoblado y no hay espacio suficiente, y muchas excusas más.

Accesibilidad

La accesibilidad a aquello que deseamos es una cuestión de negociación. Todo está a nuestro alcance si nos hallamos a la distancia adecuada, pero es cierto que podemos tener miedo a acercarnos, o que cuando nos acercamos el deseo se desvanece como pura ilusión o quizá nos elude o se nos pone en una mayor distancia para mantener lo excitante del deseo en sí. Sin embargo la accesibilidad a aquello que necesitamos para sostener una vida digna: alimento, techo, tiempo para compartir con otros..., no debería de ser negociable sino el principio de todo programa político.

Objetos para evitar

El modo en que nos rodeamos de objetos y los consideramos posesiones útiles por cumplir un determinado papel en el mantenimiento del estatus de nuestro ego. Es parte de lo que se considera un instinto de supervivencia pero que más allá de la básica supervivencia - el evitar la muerte -  consiste en sostener una suerte de previsión del dolor y perpetuidad de las formas de placer.

Rutina

La rutina define un espacio de seguridad que puede incluir a otros. Por ejemplo nos sentimos incluidos en la rutina de nuestros familiares, en los hábitos repetidos diariamente que conforman un area vallada que nos da cobijo pero que a su vez pueden terminar por convertirse en una prisión.