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Mostrando entradas de mayo, 2018

Vivir en la molestia

Nótese que escribo vivir en y no vivir con la molestia. Vivir con ella implica algo de sufrimiento deseado; es un concepto un tanto occidental, se busca una cierta redención a través de la molestia. Sin embargo vivir en ella conlleva una experiencia completa de la misma, una identificación con su proceso. Nuestra reacción habitual a la molestia se da en dos tiempos. Uno proyectado hacia el futuro por el que queremos deshacernos de algo desagradable a toda costa: queremos que lo molesto pase y tratamos de acelerar el proceso. Otro proyectado hacia el pasado, por el que nos arrepentimos de haber “adquirido “ tal molestia y renegamos de las decisiones tomadas. Pero además de esos dos tiempos existe una tercera via que estaría en aceptar la realidad (agradable o no) y vivirla como un evento que nos posiciona, casi inevitablemente - por su intensidad y ardor-, en el presente, tomando responsabilidad sobre lo que (nos) acontece.

Lost in translation

Dejar caer telones de identidad que protegen no se sabe muy bien el qué. Quizá sí se sabe pero la dificultad está en que no somos capaces de mirar aquello que se guarda con tanto celo. Es algo íntimo, vulnerable, desnudo; nos averguenza, no porque sea imperfecto o insuficiente sino porque es absolutamente común pero a la vez natural y fresco, como el agua que corre en un riachuelo. Paradójicamente lo que consideramos tan íntimo y verdaderamente nuestro es algo que está presente de un modo idéntico en cada uno de nosotros. Lo que llamamos identidad individual es un "defecto de traducción", una resistencia inmanente que el individuo tiene para expresar la identidad de lo común.