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Afinidad y diversidad

Hablas con una persona muy interesante que ha viajado mucho y está cargada de historias fascinantes que cuenta con gran encanto. Además es respetuosa, amable y de agradable aspecto.

Hablas con una persona que resulta simple, básica. Es poco habladora y de aspecto común. No tiene rasgos identificables y te costaría recordar su cara en el caso de volver a verla.

Hablas con otra que te parece directamente desagradable. Tiene cara de pocos amigos, viste sin ningún tipo de orden, además te ignora completamente.

Así funciona la tirada de dados de tu identidad. En otro lugar, en otras circunstancias el resultado podría ser totalmente diferente, aleatorio. Sin embargo en cualquier situación buscaremos la afinidad hasta encontrar  un sustituto de experiencia, una excusa para no hacer frente a la extrema diversidad de lo real.

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